La piel es el órgano más grande del cuerpo. Actúa como barrera entre el interior y el exterior, protegiéndonos de agresiones y cambios en nuestro entorno. Además, cumple un importante papel en nuestra apariencia e incluso en la autoestima. Es un órgano imprescindible para la vida, a diferencia de otros órganos de los sentidos, como lo son la vista, el oído, el olfato o el gusto. Por ella y a través de ella podemos intuitivamente leer algunas características de los cuerpos que habitan nuestro contexto. La relación entre las marcas de la piel y la memoria, ha ido conformando un interrogante para mí a lo largo de mi práctica artística. Me ha llevado a p ensar desde la piel no sólo en la fragilidad de los cuerpos, sino en la fragilidad de la memoria y las identidades. Hay varios hechos que a lo largo de mi vida plasmaron en el cuerpo un recordatorio de lo frágil que es la piel, el organismo todo. Recuerdo el calor de la sangre que caía sobre mi braz...
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